El calor de tu mano sobre la mía,
Como bálsamo calma mi melancolía.
Tu ternura es refugio en mi soledad,
Tu mirada, mi cielo, mi todo, tu amabilidad.
El calor de tu mano sobre la mía,
Como bálsamo calma mi melancolía.
Tu ternura es refugio en mi soledad,
Tu mirada, mi cielo, mi todo, tu amabilidad.
El amor surgió entre nosotros de pronto,
Cuál mariposa que vuela ligera al punto.
Voló lejos tan rápido como llegó,
Dejando en mi alma su recuerdo bonito.
Mi corazón encantado
Mi corazón latió más fuerte aquel día,
cuando te vi sonreír con dulzura mía.
Un rayo de tu mirada, un gesto sutil,
Me reveló el tesoro de tu amor gentil.
En su mirada encuentro un universo,
donde se esconden secretos y misterios.
Sus ojos, dos luceros brillantes,
que iluminan mi camino en instantes.
En ellos veo la pasión y el deseo,
reflejados como fuego en su mirar.
Una chispa que enciende mi corazón,
y me hace soñar sin cesar.
Sus ojos hablan sin decir una palabra,
me cuentan historias que solo yo puedo escuchar.
En cada parpadeo, un suspiro se desata,
y mi alma se pierde en su mirar.
Esos ojos, ventana al alma,
donde encuentro la calma y la paz.
En cada pestañeo, una caricia,
que me envuelve en su dulce abrazo fugaz.
En su mirada encuentro mi refugio,
donde puedo ser yo mismo sin temor.
Un lugar donde el amor florece,
y se convierte en la más hermosa flor.
Así es la mirada de una mujer,
un tesoro que no tiene igual.
Un regalo divino que me hace sentir,
que en sus ojos puedo volar.
En el jardín de la memoria, donde florece la nostalgia,
donde los sueños de ayer se bañan en dorada luz.
Allí, en el pasado feliz, donde el tiempo no desgasta,
donde cada recuerdo es un verso y cada risa, un ruz.
Las risas que resonaban, los juegos que jugábamos,
las historias que contábamos bajo el cielo estrellado.
Los días eran eternos, las noches, un suave reclamo,
y en cada amanecer, un nuevo cuento era narrado.
Los amigos de antaño, con sus rostros siempre brillantes,
las promesas que hicimos, los secretos que compartimos.
Los lazos que tejimos, inquebrantables, constantes,
en el jardín de la memoria, donde aún vivimos.
El pasado feliz, un refugio en el corazón,
donde la tristeza se desvanece y la alegría perdura.
Aunque el tiempo avance, y cambie nuestra canción,
en el jardín de la memoria, la felicidad es segura.En el reino de los sueños, donde todo es posible, apareces tú, la chica rubia de mis fantasías. Tu cabello dorado brilla como el sol, y tu risa resuena como una melodía celestial.
Tus ojos azules, profundos como el océano, guardan secretos, qué anhelo descubrir. Tu presencia llena mis noches de alegría, y tu ausencia deja un vacío que nada puede llenar.
Aunque solo te veo en mis sueños, siento que te conozco desde siempre. Eres la musa que inspira mis pensamientos, la heroína de todas mis historias.
Chica rubia de los sueños, aunque estás lejos, siempre estarás cerca en mi corazón. Porque en cada sueño, en cada pensamiento, estás tú, la chica rubia que adoro.
Este poema es un homenaje a la chica rubia de los sueños, una figura etérea y encantadora que habita en el reino de la imaginación.
Tus labios, dos pétalos de rosa en flor, destilan dulzura con cada palabra que pronuncian. Son el portal a tu voz melodiosa, y en su suavidad, encuentro consuelo y paz.
Tu sonrisa, un arcoíris después de la lluvia, ilumina mi mundo con su radiante alegría. Es un regalo que atesoro en mi corazón, una joya que brilla con la luz de tu amor.
Cuando tus labios se curvan en una sonrisa, el sol parece más brillante, el mundo más amable. Es un gesto que habla más que mil palabras, una canción que resuena en el silencio de mi alma.
Así que aquí estoy, cautivado por la belleza de tus labios, anhelando el día en que pueda ver tu sonrisa de nuevo. Porque en tus labios, he encontrado mi alegría, mi esperanza, mi amor… mi todo.
Este poema es un homenaje a la belleza y dulzura de los labios de una mujer.
Siempre ansío tener buena suerte.