El tiempo vuela, como ave en vuelo,
desliza el día en sombras de la noche.
Nos roba instantes, cual ladrón sin reproche,
dejando en el alma un profundo anhelo.
Las horas pasan, dejando su sello,
y en cada segundo se siente el derroche.
Un río que fluye, sin pausa ni broche,
nos lleva a un destino incierto y sin duelo.
Aprecia el momento que hoy se presenta,
pues el tiempo es un regalo divino,
un susurro breve que pronto se ausenta.
Celebremos la vida en su camino,
cada rayo de sol que al alma llega.
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