En el rincón secreto de mi alma,
donde late el corazón con fervor, tu nombre es la melodía y la calma, la pasión que despierta este amor.
Tus ojos, dos estrellas en la noche, iluminan mi camino sin temor, y en tus labios, mi deseo broche, un beso robado, un ardor.
Cada mirada tuya es un suspiro, cada caricia, fuego en la piel, en tus abrazos, siento que respiro, en tus palabras, un dulce laurel.
Eres la razón de mi existencia, mi refugio en cada adversidad, en tus brazos, hallé la esencia, del amor en su máxima realidad.
Bailamos al compás del tiempo eterno, en esta danza que es nuestro destino, dos almas fundidas en un invierno, de pasión, ternura, amor divino.
Así, en el lienzo de la vida escribimos, una historia llena de emociones, dos almas que juntas florecen y vivimos, un amor eterno, sin restricciones.
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