Hay vidas de cartón piedra.
viernes, 27 de diciembre de 2024
jueves, 26 de diciembre de 2024
miércoles, 25 de diciembre de 2024
martes, 24 de diciembre de 2024
OSCURA
Oh, dulce década de los 80,
lunes, 23 de diciembre de 2024
GENERACIONES
Oh, dulce niñez, tiempo de inocencia,
de risas contagiosas y juegos al sol,
como un pequeño río que fluye con alegría,
donde cada día es una aventura sin fin.
Los días se alargan, los sueños son ligeros,
y el mundo se pintan de colores vibrantes.
Las risas se elevan como melodías suaves
mientras corremos descalzos sobre la hierba fresca,
perdiéndonos en el laberinto de nuestro propio jardín,
donde las mariposas danzan en el aire cálido
y los recuerdos se graban en nuestras almas.
Oh, brillante juventud, tiempo de vigor,
donde los corazones laten al ritmo de la pasión,
y los sueños, como estrellas fugaces,
destellan en el vasto cielo de la ambición.
Las emociones son intensas, los anhelos profundos,
y los amores florecen como rosas en primavera,
con cada pétalo que cae, un susurro del alma.
Es en esta fase donde los caminos se bifurcan,
y nos atrevemos a desafiar los límites del horizonte,
con la fuerza de la esperanza, como un faro en la tormenta,
guiándonos hacia conquistas por descubrir.
¿Qué belleza hay en la niñez y la juventud?
En sus ojos, que brillan como faros iluminados,
rebosantes de asombro, reflejan el deleite puro.
Las mejillas sonrosadas, como flores frescas,
y sus labios entreabiertos susurran secretos del viento.
Son corazones llenos de amor y de luz,
esos destellos de alegría que encienden la noche,
donde cada instante se siente como un regalo divino,
y cada rayo de sol acaricia la piel con dulzura.
Porque la niñez es el sueño del que nacemos,
un refugio sacro donde todo es posible,
donde los héroes y monstruos viven en nuestras historias,
y cada rincón se convierte en un escenario mágico.
Y la juventud es el vuelo del que partimos,
como aves atrevidas en un vasto cielo azul,
desafiando las tormentas y explorando nuevas tierras,
hacía horizontes desconocidos y aventuras nuevas.
Llevamos en nuestras venas la fuerza de la esperanza,
un combustible ardiente que enciende la lucha.
Así que cantemos a la niñez y la juventud,
a su pureza y su candor sin igual,
a su alegría y su energía contagiosa,
que se expande en el aire como una fragancia inconfundible.
Celebremos su ilusión y su poder transformador,
sus risas que resuenan como ecos de libertad,
su capacidad de soñar en grande, de crear,
y de romper cadenas, desafiando la gravedad.
Cantemos a la niñez y la juventud,
que son el comienzo de la vida y su promesa,
los cimientos de un futuro construido en sueños,
y aunque el tiempo nos robe su dulzura,
cada recuerdo se convierte en un tesoro eterno,
guardado en la memoria, como un relicario,
y todo lo vivido florecerá en nuestro ser,
como un canto que perdura a través de las generaciones.
viernes, 20 de diciembre de 2024
JOVENTUD PERDIDA
Oh, dulce niñez, tiempo de inocencia
jueves, 19 de diciembre de 2024
RECUERDA
Recordamos también momentos cotidianos, esos que a veces parecen triviales, pero que, con el paso del tiempo, adquieren un brillo especial. La calidez de una tarde soleada, los atardeceres que pintan el cielo de colores vibrantes, las conversaciones profundas al anochecer, y la simple compañía de aquellos que amamos. Todos esos instantes se grabaron en nuestra memoria, se fijaron en el tejido de nuestras vidas y nos acompañan en la travesía de la vida, como un viejo amigo que siempre está ahí para ofrecer consuelo.
Así que cuando el tiempo nos haga dudar, y nos haga temblar ante el futuro incierto y nebuloso, miremos hacia atrás y nos detengamos un momento. Permítete saborear los recuerdos y sonreír con gratitud, porque cada uno de ellos es un ladrillo en la construcción de nuestra historia personal. Nos recuerda las lecciones aprendidas y los momentos de alegría que nos han dado fuerza para seguir adelante.
Porque aunque el tiempo nos robe la juventud, y nos quite lo que más amamos, nos deja una riqueza invaluable: los recuerdos que nunca podrá quitar. Esos recuerdos, atesorados con cariño, son el legado más precioso que llevamos dentro; son el hilo que teje nuestra identidad a lo largo de los años, enlazando los episodios de nuestra vida y formando un mosaico único que nos define y nos distingue. Así, en medio de la fugacidad del tiempo, se encuentra la belleza de lo vivido y la certeza de que, a pesar de todo, siempre seremos ricos en experiencias y amor.
LO DESTACADO
AUTO
Decidió vivir en automatico.
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Es mejor llorar en silencio.
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Bésame por los momentos que no te veo. Deja que recuerde siempre tu sonrisa. No quiero pensar en nada que no seas tú. No quiero pen...