En la penumbra de la mente, se asoma,
la tristeza, sombra que nunca se nombra.
Susurra secretos en ecos lejanos,
y en susurros de viento, dibuja planos.
Cada lágrima, un océano profundo,
espejo del alma que en silencio se inunda.
La melancolía es arte en su esencia,
y en la pérdida, reside la experiencia.
Caminamos por senderos de soledad,
donde la esperanza se viste de verdad.
La tristeza, maestra de la introspección,
escribe en el corazón su amarga canción.
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