En tu costado,
donde el tiempo teje canas suaves,
leo la historia de nosotros:
parques conquistados,
mares de miedo ahuyentados,
noches convertidas en refugio.
Eres mi Norte sin brújula,
labrador de alegrías simples,
mi eterno cachorro de nieve marchita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.