Solo conocía su nombre.
Su mirada azul como el mar le transmitía calma.
Sabía que nunca la abrazaría.
Se convirtió en su amor platónico.
La noche, crisálida de sombras, manto denso, no es el lecho final, la renuncia al lienzo. Es pausa, sí, silencio que precede al alba, donde...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.