El amor no se suplica.
No se mendiga.
Ni se reclama.
Simplemente a veces no está.
Soñó con una historia de amor que jamás llego.
Las únicas palabras que conoció no fueron cercanas.
Aprendió que hay corazones que jamás volarían emparejados.
No hay mayor fracaso que no tener a nadie junto a quien amanecer.
Las lágrimas y las tormentas conquistaron su corazón hasta el día de su muerte.
Nunca tuvo un amor de verdad de esos que dejan huella.
No encontró una mujer con la que envejecer.
Se sintió maldito.
Siempre ansío tener buena suerte.