Los momentos dulces son algo lejano en el tiempo.
No hay nada que decir.
La soledad ya no pesa.
Aprendí a ver el lado bueno de tus ausencias.
No me importan, ya los silencios después de todo son una buena herramienta para pensar.
Ya no me pone triste pensar en ti.
No dueles tanto como creías.
Las luces de la ciudad ya no me resultan monótonas.
No me dejaré atrapar por la nostalgia.
Me prometí a mí mismo hacer las paces con mi pasado.
No te esperaré más tiempo.
Había pensado en escribirte, pero no tengo nada que contar.
Han pasado demasiadas lunas desde que nos conocimos.
Hoy somos dos miradas perdidas en el tiempo.
Decidió vivir en automatico.