La tristeza pesa menos.
El amor es fugaz.
La pasión tiene fecha de caducidad.
La tristeza no.
El amor es inalcanzable como las estrellas.
La tristeza pesa menos.
El amor es fugaz.
La pasión tiene fecha de caducidad.
La tristeza no.
El amor es inalcanzable como las estrellas.
No vale la pena sufrir por amor.
No es sano creer en palabras lejanas.
El amor siempre duele.
Desterradas de mi diccionario personal quedaron las palabras amor y pasión.
Las confiné en hojas de papel sin destinataria.
No te espero.
Las hojas del calendario van cayendo.
Las ilusiones se apagan.
La tristeza invade mi corazón.
Los silencios lo devoraron.
Hoy es un corazón apagado.
Los corazones marchitos llenan canciones de desamor.
No hay cartas de amor.
Nadie espera su llamada.
Solo quedan recuerdos marchitos en cajón.
No queda nada.
El silencio lo llena todo.
Su sonrisa emigró a otro lugar.
Los recuerdos se amontonan en su corazón.
Hoy sé que el amor duele siempre.
No importa la estación del año que sea.
Desde que te fuiste, tu recuerdo crece día a día.
Hoy podría mentir y decir que no te echo de menos.
El teléfono se frio.
Tus llamadas son muy pocas.
Atrás quedaron los tiempos de largas cartas donde me abrías tu corazón.
No queda nada de aquello que un día ilumino levemente mi corazón.
El amor de verano tiene fecha de caducidad.
Aunque tú sigas en el fondo de mi corazón.
El amor duele.
El amor es silencio.
El amor son dos manos que se buscan.
Miénteme y dime que no te irás de nuevo.
Navego entre silencios.
No espero nada.
Todo es oscuro a mi alrededor.
No te busco.
Colecciono silencios.
Son incontables los recuerdos.
Son demasiados los silencios.
No es fácil sonreír.
No espero un sí.
Todas las canciones de la radio le recordaban a ella.
El infinito azul del mar le recordaba a ella.
El cielo le hacía añorar sus ojos.
Se convirtió en su anhelo.
Se transformó en su dulce recuerdo.
Quedó sumergido en el mar de sus ojos.
Buscando dulces momentos producto de su imaginación.
Ella voló muy alto para no volver jamás.
Que más da cuantas lágrimas haya derramado.
No importa cuanto haya sufrido.
No se perdonaba no haber borrado los momentos dolorosos de su memoria.
Sus lágrimas llevaban el mar.
Con las rocas se estrellaban sus enojos.
Su corazón se marchitaba como un pez sin oxígeno.
El amor se le escapó de las manos como se escapan las gotas de lluvia.
Nunca recibió la carta de amor que tanto espero.
Sus días eran un montón de palabras caóticas alojadas en su corazón, palabras sin destino como un tren en vía muerta.
La palabra desamor estaba grabada a fuego en su interior.
La fortuna así lo había escrito sin que él lo supiera.
Nunca fue el ex de nadie.
Paso su vida buscando su historia de amor esa que dicen que
todos deben vivir.
Las ilusiones se rompieron en pedazos.
Nunca supo que sabor tenía el amor.
El corazón invisible.
Vivió su vida en silencio entre la niebla.
Nunca fue el ex de nadie.
Hay corazones invisibles al amor.
Hay corazones que solo sirven para sentir.
Existen corazones que solo vinieron al mundo a ser rotos en
pedazos.
El amor duele demasiado.
El amor pesa como una losa.
El amor no es solo días de vino rosas.
El amor es un largo camino lleno de espinas.
Las palabras se las lleva el tiempo.
El tiempo roba las ilusiones.
El discurrir de los días desgasta amores y amistades.
Separa los corazones y construye mares de lágrimas infinitos.
El amor siempre duele como las palabras dichas sin sentir.
Esperanzas que el tiempo rompió en mil pedazos.
Su corazón cansado y abatido callo para siempre.
Sin ilusión.
Sin luz.
Todo era lluvia en su viejo corazón.
Las brújulas se rompen.